Estacionalidad bajista
El cerdo se instala en su tendencia estacional bajista de cada otoño en España, de la mano del progresivo aumento de la oferta (en número de animales y en peso), pero el movimiento a la baja de la cotización está limitado por la sostenida demanda que hay, básicamente para exportar a China. En cualquier caso, la constante progresión de los pesos medios, de nuevo por encima de los registros de 2019 cuando salimos del verano al mismo nivel, reflejan que el ritmo de crecimiento en las granjas es más rápido que el ritmo de matanza, por mucho que esta se haya encaramado a volúmenes récord durante este mes de octubre. Y este ha sido el factor que ha llevado al descenso de la cotización de forma moderada: hay cada semana más cerdos y hay también ganas de matar el máximo posible, para aprovechar las oportunidades que el mercado todavía está dando. El ganadero oferta también más porque necesita plazas vacías para entrar sus propios lechones o para aprovechar los bajos precios del lechón de compra y, al mismo tiempo, tampoco se quiere muchos retrasos en las salidas, en previsión de que la segunda ola de covid-19 pueda limitar la matanza. De momento, no está siendo así y, con las limitaciones de capacidad ya asumidas de las medidas de prevención en los mataderos, la matanza está funcionando casi a pleno ritmo y la limitación viene más por la capacidad de congelación y almacenamiento que por la de matanza o deshuesado. En cambio, en Alemania el problema sigue siendo esto último: faltan trabajadores en las cadenas de producción y la matanza se queda cada semana por debajo de lo normal, con lo que cada semana va aumentando la bolsa de cerdos muy pesados retrasados, sin que se vean perspectivas cercanas de mejoría. El precio alemán del cerdo no baja más, primero porque ya es muy bajo y las bonificaciones anteriores han sido substituidas por penalizaciones por peso, y, segundo, porque el problema no es de precio sino de capacidad de matanza. En el resto de países (Francia, Dinamarca), el movimiento del cerdo es similar al español: moderados descensos en un contexto general de estabilidad, que solo rompe Italia, donde el precio había subido más y vuelve ahora a retroceder de forma clara. A nivel general, donde la capacidad de matanza se sostiene y hay fluidez en la exportación, los precios aguantan a un buen nivel; donde falla una de las dos cosas o las dos, los precios están estancados en un nivel muy bajo. Y, en cuanto a la PPA en Alemania, hasta ahora sus efectos negativos se circunscriben al mercado del vivo en el norte de la UE: cerdo, cerda y lechón en Alemania; lechón en Países Bajos, y cerda en Dinamarca.
En América, el precio del cerdo marca cada semana nuevos récords en Brasil, donde la oferta en vivo es limitada y hay una fuerte demanda para exportar a China, y se estabiliza ligeramente a la baja en EEUU, donde la oferta sigue siendo abundante y, aunque exporte más a China, le cuesta progresar en México, que es su principal mercado exterior. Mientras, el precio interior del cerdo en China baja ya de forma clara (-un -15% a lo largo de octubre), pero sigue en niveles históricamente muy altos. Su cabaña porcina se está recuperando más rápido de lo previsto, pero todavía está muy por debajo de sus niveles pre-PPA: si al empezar el año los efectivos porcinos en China eran un -28% inferiores a los que había al empezar 2018 (antes de la PPA), al cierre del tercer trimestre este diferencial se había reducido a la mitad (-14%). Pero sigue siendo mucho.